Gonzalo Álvarez García | @ordosgonzalo
Después de más de 40 años, la Liga Comunista Revolucionaria, sigue viva en la memoria de muchos de sus militantes de antaño, que por segunda vez celebraron su reencuentro en Vigo (Galicia España).
La LCR fue uno de los partidos comunistas de orientación trotskista, más activos e innovadores de la época franquista y de los primeros años de la transición española.
Atrapada entre París y Buenos Aires, por la influencia de Ernest Mandel y el morenismo, sin embargo supo mantener una línea propia e independiente, a pesar de su presencia en numerosos frentes políticos y organizaciones de masas, creados o influidos por otros partidos comunistas, como CC.OO., las AA.VV., Movimiento Feminista, Movimiento Estudiantil, Colegios profesionales, etc., etc.
La "proletarización" de muchos de sus militantes, fue causa de numerosos dolores de cabeza para los dirigentes comunistas de CC.OO. acostumbrados a campar por sus fueros sin contestación alguna, lo que dio pie a que los militantes de la LCR fueran conocidos como los "chacales".
Su presencia en el mundo de los intelectuales y de los profesionales ha dejado huellas imborrables en algunas publicaciones, sobre todo en "el Viejo Topo" una de las publicaciones más prestigiosas de aquellos tiempos, en las cuales la gente de LCR jugó un papel destacado.
Jaime Pastor, uno de sus antiguos dirigentes presentó recientemente "los nacionalismos en el Estado español y la izquierda" en un claro signo de que las gentes de la antigua LCR toman el pulso a la política del Estado español.
Prestigiosos como teóricos y como activistas, sus militantes fueron líderes de la vanguardia obrera de su tiempo, consecuentes e inasequibles al desaliento, insobornables y combativos.
La revolución permanente y el comunismo revolucionario
Todo un ejemplo para su generación y para el resto de las fuerza políticas de entonces, que siempre estaban atentas al qué dirán o van a decir los de la "liga".
Alguna que otra publicación humorística siempre hacía mención a los "troscos" para establecer el punto de referencia de la izquierda antifascista, los trotskistas españoles siempre han estado en el punto de mira de las tensiones políticas y de las movilizaciones, por ser lo más aguerrido y consecuente de la izquierda revolucionaria.
Muchos de sus militantes fueron víctimas del ensañamiento de las hordas fascistas, a pesar de lo cual la LCR nunca hizo de ello una bandera, ni practicó en ningún momento el victimismo propio de los mártires "soviéticos".
Los "troscos", han sido y siguen siendo referente de la izquierda revolucionaria, este segundo encuentro de Vigo, es especialmente significativo, al congregar a antiguos militantes de la LCR que a pesar de todo, a día de hoy, algunos de ellos (as) militan en otras organizaciones políticas de la izquierda muy distintas de la LCR de la que proceden.
En Argentina, los trotskistas celebran la elección de su parlamentario junto a otros dos del Frente de Izquierdas y los Trabajadores, dando un nuevo impulso al trotskismo en el mundo.
Los revolucionarios trotskistas, siguen vivos, lo están demostrando, a pesar de haber desaparecido las siglas de las que proceden, a pesar del asesinato de Trotski a manos de un esbirro de Stalin.
Mientras los viejos comunistas lloran la caída del muro de Berlín, los trotskistas, como los topos siguen escavando las galerías subterráneas que acabarán tambaleando el Capitalismo.
Esta vieja guardia roja, sigue vivita y coleando en distintos frentes, sin perder la referencia de sus orígenes, son "durmientes" siempre a punto de despertar a la llamada de la Revolución.
La izquierda revolucionaria sigue teniendo buenos referentes.
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