Antonio Fco. González Sanabria | Secretario General ISA-ISI Alcalá Guadaíra
Estamos viviendo últimamente bastantes cambios sociales debidos, principalmente, a las medidas que toma este nuestro gobierno con las pensiones de nuestros mayores, con la subida de esa extraordinaria revisión del 0,25% anual. Esto no suena tan mal a bote pronto, perooooo (siempre el jodio pero) eso significa que al abuelo que cobre una pensión de unos 500 € mensuales, suponiendo que el IPC fuese de un 1% (equivaldría a 5 €), se le subirán tan sólo 1,25 €, sumando en total 501,25 € de pensión. Nuestra madre o padre perderían 3,75 € mensualmente. La trampa de estos trileros es genial.
El recibo de la luz vuelve a subir un 3%. Teniendo en cuenta que pagamos una media de 50 € al mes para el consumo de nuestros electrodomésticos, ya se nos han ido esos 1,25 € de aumento en los ingresos de nuestros mayores (hay que añadirle 0,25 más). Sumémosle 14,50 € de la bombona de butano y el copago de bastantes fármacos, dado que la mayoría son enfermos crónicos y tendremos una quita bastante importante de aquella cifra con la que comenzábamos al principio.
Perooooo (otra vez) ahí no queda la cosa: ahora si algún abuelo necesita una operación para algún implante de prótesis (cadera, rodilla, etc.) tiene que aflojar pasta, otro copago o, como decía mi abuela, "tras cuernos, palos". Porque no vayan a creer ustedes que esto de las prótesis es como el caso del Borbón. No, por favor. El abuelo pagará después de estar bastante tiempo en la supuestamente inexistente lista de espera.
Evidentemente el abuel@ al ser un elemento gravoso para el sistema con su pastilleo continuo, sus achaques, dolores y en ocasiones ingresos en los hospitales, cada vez menos públicos, por sus múltiples dolencias no hace rentable el ganar dinero al dilapidar recursos.
Ya en una ocasión ante unas declaraciones de la Señora Mato... sí, ¿no recuerdan ustedes a esa mujer que no se daba cuenta de que aparecían coches de lujo en su garaje?, a esa misma mujer que decía que se excluirían a los sin papeles de la atención medica, a esa misma que no explicó que nuestros mayores son un estorbo caro para la sociedad que nos están implantando, la misma que calló ladinamente al no decir que los enfermos crónicos tendrían que pagar parte de su tratamiento (me refiero a enfermos oncológicos, con problemas de corazón o riñón, diabéticos, etc. y con tratamientos de por vida, entre los que me incluyo), que, en general, esos individuos gravosos o improductivos, de necesitar un transplante de corazón, hígado u otro tipo de órgano, tendrán que pagar por tratamiento y cura.
Con lo cual a mí me da por pensar que sólo aquéllos que tengan un buena cuenta corriente o un buen seguro médico sobrevivirán a estos nuevos tiempos.
Estos tétricos pensamientos me invaden cuando leo la prensa y sobre todo cuando veo en la televisión ese anuncio que circula por ahí, el del bocadillo imaginario. Nos están dejando sólo el pan con pan y tenemos que imaginarnos lo que comeríamos dentro. Eso sí, apelando al sentido solidario de la población en lugar de llamar a la lucha para no dejarnos arrebatar más nuestros derechos y poder comernos un bocadillo como han sido casi toda la vida, aunque sea con un poquito de mortadela.
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