Javier Madrazo Lavín | Profesor de Filosofía, Ética y Ciudadanía; parlamentario de Ezker Batua-Berdeak entre 1994 y 2001, y Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco entre 2001 y 2009.
Algunos pretenden resolver la Crisis –esta crisis que es una Estafa- premiando con dinero y privilegios a sus responsables directos, y endeudando de por vida a la mayoría de la población.
Hoy más que nunca necesitamos una nueva Constitución para una nueva República, de forma que no sea posible en el futuro que los intereses de unos pocos pasen por delante de las necesidades de la mayoría.
Una Constitución que expropie la banca privada, que defienda una banca pública y ética, que frene la especulación. Que garantice salarios y pensiones dignas, elreparto de todos los trabajos, incluido el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. La eliminación de los privilegios de los políticos y una lucha decidida contra la corrupción.
Una Constitución para ofrecer una vivienda digna para todos, una moratoria de desahucios y dación en pago retroactiva. Una Constitución por el derecho al propio cuerpo. Una constitución contra la violencia de género. Una Constitución para la solidaridad internacional, que proclame el NO a la guerra, por una Euskadi y una España sin Ejército y fuera de la nueva OTAN que nos han impuesto.
Por eso luchamos. Por esa Utopía que es posible en el siglo XXI. No es quimera. No es un imposible. No. Esto es más Real que la Monarquía que aún sufrimos y padecemos en nuestro país.
¿Y qué tenemos mientras tanto? ¿Qué tenemos después de tantas luchas? Tenemos frases como la de ese diputado del PP, que advierte y amenaza a los manifestantes contra los Desahucios: “Si un perro flauta me acosa por la calle, le arranco la cabeza”, ha dicho tan docto diputado del PP. Le ha contestado perfectamente el profesor de la Complutense, Juan Carlos Monedero: “Si por molestarte en la calle mereces ver tu cabeza arrancada del tronco, ¿cuál es la pena proporcional por dejarte sin trabajo? ¿Y por no poder pagar el colegio de tus hijos? ¿Y por perder la casa en la que has metido todos tus ahorros durante los últimos diez años? ¿Y por perder el acceso a la sanidad, a la universidad, a una pensión, al seguro de desempleo?”
Hoy estamos viendo con pasmo que lo que estaba prohibido, ahora está permitido —sueldos desorbitados, sacar dinero del país, usar información privilegiada—, y que lo que estaba permitido —derecho a manifestación, libertad de expresión, derecho de reunión— están, de facto, prohibidos. Vemos que desaparecen las garantías de reparto de la riqueza social y aumentan las desigualdades; cualquier tipo de protesta pasa a ser criminalizada por los políticos que están gestionando ese robo de los de abajo hacia los de arriba
¿Quién sin que se le caiga la cara de vergüenza va a defender que un escrache es más violento que un desahucio, que un despido, que un corralito, que el cierre de la universidad y las urgencias, que una mentira electoral, que las machadas de los antidisturbios, que las multas por ejercer la democracia?
A este paso será delito Pensar. El mero hecho de Pensar será delito. Y respirar desde la Izquierda.
¿Qué pasaría en este país, si los seis millones de desempleadas y desempleados enviaran cartas a los diputados? ¿Eso también sería un delito? Cartas en las que se dijera que el padre, o la madre, o el hermano está, desde elmes pasado, en la calle después de toda una vida trabajando. Una carta en la que se dijera que la Reforma Laboral del PP y del PSOE no ha servido para crear empleo. ¡Si por lo menos hubiera servido para detener la sangría de desempleados! Pero ni eso.
Bien sabemos quiénes son aquí los sinvergüenzas:
Son los que vivieron del pelotazo, los que desviaban nuestro dinero hacia sus cuentas en los paraísos fiscales que ningún gobierno persigue.
Los que aprovecharon la injusta ley para engañar al ciudadano, como en el caso de las preferentes.
Son los banqueros que juegan con nuestras vidas como sitodo fuera un casino, un juego.
La culpa la tienen los que firmaban proyectos de aeropuertos sin aviones y quienes prestaban dinero a mansalva sabiendo que en caso de hundimiento del barco ellos serían las ratas.
Ezker Batua-Berdeak pide a la ciudadanía que se una, que no se rinda. Todo esto es un Proyecto. Una alternativa. Una manera de ser de Izquierdas. Y tiene un nombre. Tiene un nombre… : Se llama REPÚBLICA.
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