(…) En apariencia, todos estamos interesados
en que se cree el mayor número de empleos, pero eso es solo una apariencia,
porque también hay grupos de interés muy poderosos a quienes no les conviene
que haya pleno empleo y que todas las personas que lo deseen dispongan de un
puesto de trabajo bien remunerado.
Así lo han detectado muchos científicos y es algo que incluso han
reconocido muchos dirigentes políticos. El que fue ministro español de
Economía, Carlos Solchaga, lo expresó claramente en un libro en el que comentaba
su experiencia de gobierno: “La reducción del desempleo, lejos de ser una
estrategia de la que todos saldrían beneficiados, es una decisión que, si se
llevara a efecto, podría acarrear perjuicios a muchos grupos de intereses y a
algunos grupos de opinión pública”.
Eso es así porque cuando hay un alto nivel de desempleo se puede
contratar el trabajo a salarios más bajos, ya que hay más personas que desean
trabajar pero que no encuentran empleo y, por tanto, estarán dispuestas a
aceptar sin rechistar las condiciones de trabajo que les ofrezcan.
En
nuestro país hemos podido comprobar en los últimos años que la presencia de
gran número de inmigrantes ha sido utilizada para contratar a más bajo salario
y que incluso ha sido fomentada la presencia de trabajadores sin papeles
precisamente porque su estado de mayor necesidad permite a empleadores que solo
buscan el máximo beneficio contratarlos en condiciones más favorables para
ellos.
El
interés que puedan tener algunos grupos sociales poderosos en que haya
desempleo es, por tanto, algo que no se puede olvidar para entender por qué en
los últimos años todo el mundo habla de crear empleo y, a la postre, no se crea
el suficiente y el que se crea es de baja calidad, con malas condiciones de
trabajo, pocos derechos reconocidos y de bajo salario.
© Vicenç Navarro,
Juan Torres y Alberto Garzón
Hay alternativas.
Propuestas para crear empleo y bienestar social en España
Ed.
Sequitur, 2011
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