Rafael Sainz Álvarez | Coordinador adjunto de EO-ISC, miembro de la Ejecutiva Federal de ISI y promotor de Compromiso-La Izquierda
Cuando el dos de febrero, Camilo Ramos, en representación de Esquerra Oberta (Federación catalana de Izquierda Abierta) y un servidor en representación de ISEC (Federación catalana de Iniciativa Socialista de Izquierdas), firmamos el protocolo de fusión sabíamos que teníamos un gran reto por delante, no exento de dificultades pues no se trata de coger a cuatro amiguetes de una organización y otros cuatro de otra y ya está la organización y a funcionar; pero afortunadamente un proceso organizativo no es así, pues ha de haber un proyecto en común e ilusionador.
Me acuerdo que Camilo Ramos me manifestó que había compañeros que tenían algunas reticencias de definirse “socialistas” y consensuamos una definición más amplia, pues realmente lo que nos importa más a las dos organizaciones es que los ciudadanos cuenten con una organización que hable de los problemas reales, que les escuche y que plantee alternativas reales y realistas para solucionarlos; la primera lección que aprendimos fue no perdernos en pequeños detalles, ya que eso nos limitaría a la hora de buscar socios políticos que, como mínimo, compartieran unos puntos básicos para facilitar la acción conjunta al objeto de conseguir que, de una vez por todas, puedan cambiar las cosas; siempre desde la base de la lucha contra el neoliberalismo.
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