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Recientemente, el INE ha publicado los datos de emigración correspondientes a 2012: 476.000 personas
han salido de España en ese año buscando una salida laboral, de las
que solo 59.700 eran españolas, se entiende que tanto de origen como
nacionalizadas. Esta cifra, que por tercer año consecutivo supera a la de
inmigrantes, sitúa a España, de nuevo en la Historia , como un país predominantemente emisor y
no receptor de emigrantes, lo que es normal en una situación de crisis y
recesión como la que asola nuestro país en estos momentos.
Pero esta cifra esconde algo más, que no se comenta
demasiado en los grandes medios de comunicación. Esta cifra revela el éxito de
las políticas del Gobierno de Rajoy en un objetivo prioritario que se había
marcado, aunque nunca fuera explicado públicamente, y que consistía en reducir
considerablemente la presencia de extranjeros en España. Y esta cifra revela
también algo más: el fracaso total de las políticas de Rajoy en crear empleo,
su promesa electoral más aireada y menos cumplida.
Porque Rajoy y todo su partido, con Esteban González Pons
micrófono en mano, nos vendieron la creación de dos millones de empleos en
cuatro años de legislatura. Nada más tomar posesión de los cargos y comprobar
la dimensión de la crisis, supieron que de lo prometido, nada de nada, y que la
única vía para reducir algo la cifra de desempleo vendría de la mano de
dificultar todo lo posible la permanencia de población extranjera en España. Y
a ello se entregó el Gobierno con pasión: reforma laboral que abaratara el
despido, precarizara las condiciones de trabajo y redujera los sueldos;
exclusión de irregulares de la
Sanidad primaria; reducción de la prestación por desempleo a
partir del primer semestre; endurecimiento de las condiciones para optar a la
ayuda de 400 euros; etc. Este Gobierno encontró, además, la complicidad y
aquiescencia de la patronal española (CEOE), que apostaría algo a que estará
indicando periódicamente a sus asociados la conveniencia de contratar
prioritariamente a españoles.
Muchas de las medidas aprobadas por el Gobierno de Rajoy
tenían como destinatarios principales a los extranjeros, tanto residentes como
irregulares, y las cifras de emigración lo están demostrando, lo que revela que
el Gobierno desistió inmediatamente de explorar vías para la creación de empleo
(renunciando a la expansión de las energías renovables, por ejemplo) y se
centró exclusivamente en arrinconar a un determinado colectivo laboral para que
buena parte de él hiciera las maletas y se marchara de España. Y lo está
consiguiendo…
No entro a valorar si en nuestro país había pocos,
suficientes o demasiados extranjeros. Lo que valoro es el fracaso absoluto de
este Gobierno en su promesa electoral más importante, la creación de empleo,
pues reducir el desempleo se puede enfocar de dos maneras distintas: o creando
nuevos puestos de trabajo o expulsando a una parte de los desempleados. Y esta
última es la vía por la que se ha optado, la más fácil, menos costosa e incluso
mejor vista por una parte del electorado de Rajoy.
Los destinos de esa emigración ponen de manifiesto que
una pequeña parte, la representada por españoles, opta mayoritariamente por
emigrar a países de la UE
(Reino Unido, Francia y Alemania), mientras que una gran parte, la representada
por extranjeros, opta por retornar a sus países de origen o emigrar a países
emergentes (Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú, Argentina y Brasil). Los aquí
expuestos son los países que han encabezado la lista de emigrantes en 2012, lo
que revela claramente que las políticas de Rajoy están expulsando de España a
una parte considerable de iberoamericanos.
La crisis económica ha hundido el sector inmobiliario
español, un sector hinchado artificialmente por los Gobiernos de Aznar y no
deshinchado por los Gobiernos de Zapatero. Tanto unos como otros son
responsables de este desaguisado, cuyo desplome ha afectado mayoritariamente a
extranjeros y a jóvenes españoles, los dos colectivos más perjudicados por el
desempleo y sin perspectivas a corto plazo de reincorporarse al mercado
laboral. El Gobierno de Rajoy, por renunciar a políticas de creación de empleo,
es responsable de acabar dando la puntilla a estos dos colectivos, que saturan
las cifras del paro sin hacer sangre de su situación en las calles, unos porque
son extranjeros y qué más van a pedir y otros porque son jóvenes y están siendo
sostenidos por padres o abuelos. De ahí la paz social en España…
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