Si
España, Irlanda y EE UU, que tienen una gran desregulación y facilidad de
despido, son los que han tenido un mayor crecimiento del desempleo durante la
crisis, sólo se puede concluir que la famosa tesis neoliberal que sostiene que
la seguridad del puesto de trabajo de los trabajadores con contratos fijos es
la que crea la inseguridad y el desempleo entre los demás, es falsa. En España,
en donde existe la idea generalizada (…) de que es difícil despedir a los
trabajadores, resulta que la gran destrucción de empleo incluye también a los
trabajadores fijos sin que esto repercuta en una mayor creación de empleo.
(…)
Se puede concluir, por tanto, que facilitar
el despido en momentos de recesión y aumentar la flexibilidad, (…), simplemente
facilita el aumento del desempleo, puesto que incentiva que los empresarios se adapten
a la disminución de la demanda de sus bienes o servicios reduciendo su fuerza
laboral. Por el contrario, si ello no es factible, (…), se tenderá a mantener
el número de trabajadores disminuyendo el tiempo de trabajo de cada uno.
(…)
La
llamada flexiseguridad (…) sólo funciona si el empresario puede despedir con
facilidad pero también si los trabajadores tienen una amplia oferta de puestos
de trabajo con servicios de formación incluidos, y con un seguro de desempleo
elevado que le permita encontrar trabajo de semejante calidad. Una oferta de
puestos de trabajo que no existe en fases de recesión.
(…)
Por eso (…) [los] neoliberales que defienden una distribución de la
renta más favorable al capital están tan empeñados (…) en atacar a los
sindicatos y reducir su papel en la negociación, en evitar que ésta sea
colectiva para hacerla persona a persona, o lo más descentralizada posible para
que la defensa de los trabajadores sea más débil y, en general, en que
desaparezcan (…) [los] derechos taxativos para proteger a los asalariados.
Y
por eso reclaman que se apliquen políticas macroeconómicas (…) que en realidad
se sabe que van a crear desempleo, porque cuanto más elevado sea éste más fácil
resultará imponer a los trabajadores las condiciones laborales y salariales que
convengan a la patronal.
Naturalmente esto no quiere decir que todos los empresarios y todas las
empresas actúen así, con una perspectiva tan alicorta (porque tratando de ganar
unos pocos al final pierden todos los empresarios).
(…)
El
trabajo no puede ser únicamente un instrumento para conseguir los fondos con los
cuales realizarse a uno mismo a través del consumo. El trabajo en sí es
determinante de la calidad de vida de la ciudadanía (…). De ahí la gran
importancia de que se creen puestos de trabajo que permitan desarrollar la
enorme creatividad y la capacidad de goce que las personas tienen en su vida
cotidiana. El hecho de que este potencial se inhiba mediante la
mercantilización del trabajo muestra la necesidad de cambiar las relaciones de
poder en nuestra sociedad, dando mayor poder y protagonismo a la población
trabajadora en el diseño de su vida laboral.
© Vicenç Navarro,
Juan Torres y Alberto Garzón
Hay alternativas.
Propuestas para crear empleo y bienestar social en España
Ed.
Sequitur, 2011
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