Es
fácil imaginar cómo serían las condiciones de trabajo (…) si no hubieran
existido sindicatos y si no se hubiera conseguido que se reconozcan los
derechos de los trabajarores.
(…) Las ideas que normalmente se propagan en los medios de comunicación y
las que defienden los políticos y los economistas de ideología neoliberal son
estas que acabamos de mostrar y se suelen presentar como si fueran verdades
fuera de toda discusión. Pero la realidad es que son muchos los economistas que
han demostrado que ese tipo de principios ni tienen consistencia lógica ni han
producido resultados que dicen en la realidad.
El
más conocido de todos ellos quizá fuera John M. Keynes, el economista británico
que mostró que la tesis según la cual la creación de empleo depende del coste
del trabajo es una falacia porque, decía él, el trabajo es una mercancía muy
especial y nunca va a ser posible que el salario baje como afirman los
liberales. Y, sobre todo, decía Keynes, porque por muy bajo que sea el salario
¿para qué va a contratar a más trabajadores una empresa si no tiene clientes a
quienes vender sus productos? A diferencia de los liberales, para Keynes la
creación de empleo dependería, por tanto, no del nivel del salario sino de que
hubiera suficiente demanda de bienes y servicios.
(…) Autores como James Galbraith y Deepshikha Roy-Chowdhury han demostrado
que en Europa y entre 1980 y 2005 no se da la relación que defienden los
neoliberales sino todo lo contrario: las variaciones de los salarios y del
empleo en ese largo período han ido de la mano porque cuando aumentaban los
salarios aumentó también el empleo, y cuando se redujeron, bajó.
Muchos estudios han demostrado también en los últimos años que la tesis
de la flexibilidad defendida por los neoliberales no es cierta. Incluso la
propia OCDE (…) tuvo que aceptar en su informe de 2006 que la realidad muestra
que distintos países han conseguido buenos resultados en el empleo con
instituciones del mercado de trabajo “extremadamente diferentes”, es decir,
incluso con mercados que los neoliberales considerarían muy rígidos.
(…) Y
muchos estudios han demostrado (…) que lo que realmente determina el nivel de
empleo o desempleo no son las condiciones de los mercados de trabajo (…) sino
las condiciones macroeconómicas: la política monetaria, los tipos de interés,
el coste del capital, el poder que tengan las empresas en los mercados, el
nivel de inversión, las facilidades de financiación y, fundamentalmente, la
capacidad efectiva de compra que haya en una economía.
(…)
por muy bajo que sea el salario, por muy dóciles que sean los sindicatos, por
muy barato que sea el despido, por muy pocos derechos que tengan los
trabajadores y mucho el poder de los empleadores, ¿de qué servirá todo eso si
los empresarios no tienen a quién vender lo que producen?
© Vicenç Navarro,
Juan Torres y Alberto Garzón
Hay alternativas.
Propuestas para crear empleo y bienestar social en España
Ed.
Sequitur, 2011
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