Jaime Miquel | Analista electoral y ex director general de Gallup España
Fuente: lavozdegalicia.es
La sentencia del TUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea) relativa a la legislación hipotecaria en España nos viene a decir que UCD, el PSOE y el PP acomodaron sus principios a los intereses de los poderes financieros desde el inicio de la democracia. Podría decirse que lo de las preferentes no es nada nuevo, que nos han estado estafando ininterrumpidamente, que nuestros representantes, además de lo otro, nos han desprotegido deliberadamente ante los bancos. Lo acaban de descubrir los ciudadanos al margen de las viejas organizaciones políticas, ahora despreciadas sin distinción. La vanguardia está en la calle, las personas normales han superado definitivamente a los partidos de la transición, dirigidos por los de siempre, auténticos dinosaurios como Rubalcaba, Rajoy o Cayo Lara, por no citar a otros como Duran i Lleida o el líder de diseño Joan Herrera. A los ciudadanos les sobran todos porque son el sistema, aunque se rodeen de treintañeros reclamando para el PCE lo que es de la gente. No es un asunto de imagen.
Son los ciudadanos quienes han provocado la sentencia del TUE que obliga a dejar en manos del poder judicial los desahucios y a rebajar los intereses de demora. Son ellos quienes han conminado al Parlamento a que pare la máquina de desahuciar. Ada Colau (Barcelona, 1974) es ya una líder de masas que explica, además, la nueva forma de representación popular que veremos nacer tan pronto se vote, que es común en el sur de Europa y superadora de los viejos partidos políticos: la plataforma o movimiento ciudadano. No nos cansaremos de decirlo, la ruptura ya está planteada, y el sistema de representación, pulverizado: Ada Colau y los desahuciados tendrían tantos votos en las elecciones europeas del 2014 como el PSOE o el PP.
Al Partido Democrático de Bersani lo desprecia el Movimiento 5 Estrellas. El Pasok de Venizelos es despreciado por Syriza: son hechos. El instinto le dice a Cayo Lara y a la gente de la cultura del partido-vanguardia, que acercarse al PSOE cuesta votos. Sin embargo, su misión es sumar con los socialistas para derrotar a la derecha o esperar mejor ocasión; no hay otra posibilidad aunque los acontecimientos afirmen lo contrario. El problema es que sumar con el PSOE ahora está mal visto. Los viejos comunistas solo saben esperar la remontada de los socialistas para desalojar a la derecha del poder. Desde que votaron en Italia se han quedado sin posición política, porque Italia no es Grecia ni España es Francia. 5 Estrellas ha ocupado con nitidez el espacio ciudadano de ruptura, el mismo que Stop Desahucios en España. Desde la sentencia del TUE, los viejos comunistas se han quedado sin valor para explicitar su incondicional apoyo al PSOE. Nadie se atreve ya a emplear expresiones tales como frente amplio o tripartito.
La sentencia del TUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea) relativa a la legislación hipotecaria en España nos viene a decir que UCD, el PSOE y el PP acomodaron sus principios a los intereses de los poderes financieros desde el inicio de la democracia. Podría decirse que lo de las preferentes no es nada nuevo, que nos han estado estafando ininterrumpidamente, que nuestros representantes, además de lo otro, nos han desprotegido deliberadamente ante los bancos. Lo acaban de descubrir los ciudadanos al margen de las viejas organizaciones políticas, ahora despreciadas sin distinción. La vanguardia está en la calle, las personas normales han superado definitivamente a los partidos de la transición, dirigidos por los de siempre, auténticos dinosaurios como Rubalcaba, Rajoy o Cayo Lara, por no citar a otros como Duran i Lleida o el líder de diseño Joan Herrera. A los ciudadanos les sobran todos porque son el sistema, aunque se rodeen de treintañeros reclamando para el PCE lo que es de la gente. No es un asunto de imagen.
Son los ciudadanos quienes han provocado la sentencia del TUE que obliga a dejar en manos del poder judicial los desahucios y a rebajar los intereses de demora. Son ellos quienes han conminado al Parlamento a que pare la máquina de desahuciar. Ada Colau (Barcelona, 1974) es ya una líder de masas que explica, además, la nueva forma de representación popular que veremos nacer tan pronto se vote, que es común en el sur de Europa y superadora de los viejos partidos políticos: la plataforma o movimiento ciudadano. No nos cansaremos de decirlo, la ruptura ya está planteada, y el sistema de representación, pulverizado: Ada Colau y los desahuciados tendrían tantos votos en las elecciones europeas del 2014 como el PSOE o el PP.
Al Partido Democrático de Bersani lo desprecia el Movimiento 5 Estrellas. El Pasok de Venizelos es despreciado por Syriza: son hechos. El instinto le dice a Cayo Lara y a la gente de la cultura del partido-vanguardia, que acercarse al PSOE cuesta votos. Sin embargo, su misión es sumar con los socialistas para derrotar a la derecha o esperar mejor ocasión; no hay otra posibilidad aunque los acontecimientos afirmen lo contrario. El problema es que sumar con el PSOE ahora está mal visto. Los viejos comunistas solo saben esperar la remontada de los socialistas para desalojar a la derecha del poder. Desde que votaron en Italia se han quedado sin posición política, porque Italia no es Grecia ni España es Francia. 5 Estrellas ha ocupado con nitidez el espacio ciudadano de ruptura, el mismo que Stop Desahucios en España. Desde la sentencia del TUE, los viejos comunistas se han quedado sin valor para explicitar su incondicional apoyo al PSOE. Nadie se atreve ya a emplear expresiones tales como frente amplio o tripartito.
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