Jaime Miquel | Analista electoral y ex director general de Gallup España
Fuente: La Voz de Galicia
Resulta llamativa la variedad de titulares que ha generado la encuesta del CIS sobre la intención de voto a los partidos políticos, sobre todo porque la estimación que nos ofrece es muy parecida a la del barómetro del mes de enero, y en todo caso, la simple configuración de los porcentajes de votos válidos estimados esconde otro fenómeno que es ahora el principal, la desmovilización masiva de los electorados del ya extinto bipartidismo. El CIS no estima la tasa de participación porque el comportamiento electoral que declaran los entrevistados en las encuestas es claramente más participacionista que el real, y no existen constantes en estas desviaciones. Métodos indirectos, como relacionar las audiencias de los debates televisados con las tasas de participación, que funcionaron suficientemente durante el bipartidismo, ahora confunden.
Sin embargo, el CIS nos proporciona todos los elementos que necesitamos para realizar nuestras propias estimaciones y adentrarnos en el problema central que significa la pérdida de representatividad del sistema electoral en su conjunto. Que el PP haya retrocedido del 35,0 % al 34,0 % de los votos válidos en tres meses, según el CIS, resulta irrelevante; lo principal es que acumula una pérdida de 4,8 millones de votos desde las elecciones generales del año 2011, sobre todo, porque 3,6 millones de aquellos electores ahora no votarían a nadie. Lo mismo sucede con el PSOE, que el CIS nos diga que pasa del 30,2 % al 28,2 % nos parece que es decir muy poco, lo principal es que ha perdido en la legislatura 2 millones de votos y que acumula una pérdida de 6,3 millones de votos respecto a sus resultados del año 2008.
Los números son estos: la participación no superaría el 55 %, ganaría el PP con 6 millones de votos que pesan el 16,9 % del censo, 13,5 puntos de censo menos que en el año 2011, que pueden ser el 34,0 % de los válidos que dice el CIS, aunque más bien el 31,1 %. A continuación el PSOE con 5 millones de votos, que son el 14,0 % de todos los electores aunque representen el 28,2 % de los válidos según el CIS, más bien el 25,9 %; según Metroscopia o Simple Lógica algo más del 20 %, lo que nos parece poco. IU/ICV conseguiría 2,2 millones de votos que son 500.000 más que en el año 2011, lo mismo que UPyD, sumando ahora 1,6 millones de votos. Ambas formaciones se mueven en las cercanías del 10,0 % de los votos válidos y esto resulta insuficiente para retroalimentar el sistema. Dicho de otra forma, si estuvieran conquistando un número significativo de los electores que pierden el PSOE y el PP, estos se desplomarían en porcentaje de votos válidos.
Lo principal de este barómetro es que trae el registro histórico del 22,9 % de abstención decidida, algo que no puede impresionar al lector porque es un dato técnico, pero sí su traducción: desde las elecciones generales del año 2008, el bipartidismo ha perdido 10,5 millones de sus votantes mientras que la abstención ha aumentado en 7 millones de electores a los que ya no representa el sistema.
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